Me encontraba navegando en internet, sin buscar algo en específico, pasó largo rato ( porque el estar en tu computadora es viajar a muchos lugares, ver noticias, videos, etc.), de pronto apareció ante mí un video sobre un lugar llamdo Cantona, cómo llegó a mi computadora, no lo sé, pero quedé impactada al ver que está en mi precioso estado de Puebla, y yo sin saberlo. En el video se observa cómo es: tipo de vegetación, clima, cerros, tipo de relieve y sobre todo las pirámides, en donde se explica que son piedras sobrepuestas una sobre otra ¡sin cemento! obviamente.
Terminé mi visita al internet, merendé, vi un rato mis programas favoritos y me retiré a dormir. De pronto estaba en Cantona, ataviada con traje de manta y sandalias, estaba con personas que vivían en ese lugar; se estaba terminando de construir una pirámide, todos participábamos: las mujeres acarreando piedras pequeñas, los hombres acarreando las piedras más grandes y construyendo, los más sabedores sobre arquitectura (creo yo ) dirigían la obra. De pronto vi que la gente empezaba a correr despavorida, gritando y haciendo señas que se quitaran de donde estaban las personas, y no era para menos, una piedra de gran tamaño estaba rodando y se dirigía a donde estábamos.
Desperté y mi respiración era agitada, estaba sudando, me dolían las plantas de los pies y grité desesperadamente -¡ Cuidado! -.
Al ver la obscuridad, pensé que estaba en otro mundo porque ya había muerto, pero la voz de mi esposo me trajo a la realidad y me dí cuenta que tal fue la impresión de aquel lugar que quise, aunque sea por unos momentos, ser parte de ellos.
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